miércoles, 25 de septiembre de 2024

Francisco Bedoya: “Mi obra se mueve en mostrar como el amor se oculta en algo más”


Francisco Bedoya es actor, director y dramaturgo ecuatoriano. Director del colectivo “Susurros Teatro”. Su trabajo se ha desarrollado en pedagogía, dirección, actuación y literatura además de mantener varias obras en escena. Ha publicado en narrativa Recolección de vivencias para sostener una guerrilla urbana (Cactus Pink, 2021), Susurros de la calle (CCE, 2019), Los que vendrán 18-19, Antología del novisísimo cuento ecuatoriano (Cactus Pink, 2018). Autor del texto Yo soy José María Espinoza para el Proyecto “Bicentenario 2022, 12 Obras”.

A propósito de su reciente libro titulado ¿Amor? O ¡Amor! O Amor (2024) que reúne varios de sus textos teatrales y que tendrá una primera presentación el sábado 28 de septiembre, lo contactamos para dialogar de lo que significa escribir y publicar teatro. Un género siempre escaso de leer por estos lares.

 

Francisco ¿cómo te sientes más cómodo, actuando o dirigiendo?

Me gustan las dos por igual, actuar o dirigir conlleva responsabilidades distintas y complejas que, según el tiempo en el que he estado en el arte escénico, si te encuentras cómodo en cualquiera de las dos, o según mi parecer, en cualquier cosa que hagas, ya lo lograste, ya te moriste, es como que ya llegaste a una paz a un equilibrio y en esa comodidad, paz, equilibrio te estancas. Para mí el estar siempre fuera de mi zona de comodidad me ha ayudado mucho a crecer. Pero en el fondo más me gusta escribir y enseñar teatro, creo que debe ser porque ya he dirigido algunas obras y no he actuado en muchas.

 

¿Cuán complejo es pensar y escribir una obra de teatro?

Depende de la obra, me gusta trabajar haciendo obras bajo pedido, recibo ciertas características y en base a eso realizo la obra, muchas veces a ese tipo de trabajo es un reto muy divertido.

Escribir obras a las que puedo llamar propias se me hace más complejo la mayoría de las veces, en ocasiones entro en no poder definir cual queda del universo de ideas en las que caigo al crear, y otras ingreso en un vacío tan profundo que me provoca realizar otras actividades antes de escribir una letra.


¿Has interpretado tus mismas obras?

¡Claro! Fui “Persona” en una obra llamada “La secretaria de suicidios” también muevo Lecturas interpretativas en las que leo mis cuentos interpretándolos de manera performativa o sensorial con Maritza Marmol, esposa mía y actriz productora de Susurros Teatro.

 

Escribir y publicar teatro ¿por qué?

Porque es la única forma literaria que invita al lector a transformarse en otra cosa, yo he visto a personas que nunca han leído o han visto una obra de teatro o guion y se sorprenden mucho al leerlo y lo empiezan a interpretar por el simple hecho de leerlo. La dramaturgia nos libera de lo que somos, nos guste o no ser lo que somos, nos da la oportunidad de ser otros y eso es muy rescatable para mí ya que es lo único seguro que tenemos como seres humanos, que siempre cambiamos.

 

El amor es una construcción dual donde siempre hay pérdida ¿por qué abordar este tema dentro de ¿Amor? O ¡Amor! O Amor?

Porque me di cuenta que mis obras de teatro hablan mucho de amor, y ahora que lo relacionas con la pérdida, me haces pensar más que todo en el equilibrio, la búsqueda de un complemento o un igual o un loquesea, que al irse asumimos como perder algo, pero que nunca nos perteneció. Para mí en el amor hay más unión que pérdida, y pensar por qué estoy unido a esta persona, sea por una decisión, o por miedo, o porque me hace reír, o por dinero o por cualquier cosa.

 

Amor sin desamor es casi imposible, pero dentro de esa dicotomía ¿qué más se puede ver-analizar desde el teatro? ¿Qué más ofrece tu obra literaria?

El teatro siempre te va a ofrecer una multiplicidad de sentidos y opciones de lo mismo, el teatro nos da la oportunidad de cambiar la realidad que estamos creando y vivir otra, poder transformaros siempre en lo que queramos, eso podemos analizar-ver desde el teatro al amor o al desamor, verlos como algo que creamos una y otra vez de múltiples formas.

Lo que ofrece mi obra. Ya he trabajado en cuento, novela y ahora dramaturgia, en mi camino para poder alcanzar el “ser escritor” algún día, creo que debo crear algo más íntimo, que me lleve a mi familia, a mis ancestros, en un futuro sacaré un libro de la vida de mi abuelo. 




 

¿Has agotado el tema del amor en tu obra teatral?

Para nada, creo que este texto es como un darse cuenta de lo que he estado haciendo para poder hacerlo de una manera más consiente en un futuro. Aunque ahora estoy explorando la sátira política.

 

¿Puede el amor ser una causa revolucionaria y contracorriente? ¿Se mueve tu obra por ese territorio?

Por su puesto que puede ser, esas causas serían dos lugares en los que el amor se ocultaría para poder ejercer su magia, como esa fuerza poderosísima de unión, con la que los humanos nos chocamos constantemente. La obra “El Grupo Artístico de Revolución Armada” es una obra en la que exploro el amor, como un pretexto para crear una revolución, pero que muy en el fondo es un amor obsesivo por un lado y desesperado por el otro.

Mi obra se mueve en mostrar, desde mi visión, como el amor se oculta en algo más, sea este algo una decisión, una revolución, un trauma, una obsesión, lo que sea, a la larga es un pretexto para unirnos a cualquier cosa, sean personas, objetos, animales, lugares, etcétera.

 

¿Qué sientes al final del día cuando repasas tus textos teatrales?

Me sorprendo mucho, cada vez que releo mi teatro lo imagino de maneras distintas, es lo genial de este arte, siempre puede ser hecho de maneras distintas, siempre debe ser nuevo, porque está vivo y como todo lo vivo puede morir, esa muerte lo hace irrepetible, y nos hace como artistas escénicos buscar la forma de hacerlo inolvidable para el público.


No hay comentarios: