domingo, 12 de junio de 2022

Cuando odiar a una editorial

Fotografía tomada de Pexels.

 

Cuando una editorial rechaza un manuscrito no es el fin de una obra. Una editorial no es una única voz capaz de apagar el anhelo de un autor. Incluso el rechazo de varias editoriales puede jugarle en contra al manuscrito, porque no es entendido, porque sus editores tienen una línea editorial en la que el texto-propuesta no encaja. Pero ¿qué ocurre cuando en verdad ese texto que busca con desesperación convertirse en libro no debería serlo jamás?

Muchos de los informes en torno a los manuscritos que me toca leer tienden a ser favorables, sin embargo, están los otros, aquellos informes que se ensañan con los textos presentados, con las deficiencias que poseen, con lo increíble de su exposición. No es prejuicio, porque desconozco a los autores. Creo que es sentido común, de que ese manuscrito debe corregirse si es que se desea continuar en el proceso de convertirse en libro.

Pocas veces mis informes son aceptados de buena manera, casi siempre los autores asumen que se trata de algo personal, de que hay un odio contra ellos, tal vez un autor frustrado que se volvió editor; un conjunto de opiniones imposibles de cambiar.

A veces los autores, tras leer mi informe en torno a su manuscrito, solicitan una reunión. Luego de reafirmarles mi juicio crítico, de explicarle cada una de las sugerencias de cambio que podría ayudar al texto a mejorar, de mostrar mi lado afable y comprensivo, porque un autor siempre está mejorando su texto…algunos tienden a aceptar la realidad de su obra, otros en cambio terminan incluyéndome en su lista de enemigos.

Lo peor es saber que aquellos manuscritos que no se corrigieron, porque sus autores decidieron que la editorial no merecía su obra, terminaron convertidos en libros por otro sello que lo publicó tal y como el autor quería.

¿Cuándo un editor da su brazo a torcer ante un manuscrito con problemas? ¿Son las editoriales independientes simples negocios de servicios editoriales? ¿Un servicio editorial debe dejar pasar deficiencias en los textos? ¿Dónde queda la ética del editor respecto a una publicación que llevará, tal vez, su nombre en los créditos?

Cuando me encuentro libros que no debieron publicarse, pienso en que existen “editores” que se merecen esa clase de obras en su catálogo.  

 

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