martes, 22 de marzo de 2022

Huir

La vida es una trampa, andar en círculos, repetir la misma escena hasta que la oscuridad lo abarque todo. Nada más, solo eso como el gran secreto de la existencia. A esta reflexión arrastra Hu Bo con su debutante An elephant sitting still (2018). Una película que en sus casi cuatro horas de duración sumerge al espectador en la vida de cuatro personajes que tienen en común la huida, una simbólica y desesperante marcha donde no los alcance la realidad, aquella turbulenta calamidad que los perturba. 

Un drama que remite a la soledad de personajes que dentro de su imaginario se sienten que desencajan, que sus anhelos no logran satisfacerse, porque nada funciona como ellos quisieran, entonces la vida y sus sorpresas le van dando toda la oscuridad posible para que las sombras los engullen en su totalidad.


Un día, dentro del film, basta para atiborrar al espectador de preguntas que tal vez no encuentren respuestas sensatas, porque la realidad (aunque provenga desde la ficción más radical y decepcionante) se sostiene de juicios que la experiencia ha legado como herencia, una herencia para marchitar toda esperanza de cambio.     

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