La cultura metalera no solo ha
visibilizado el trabajo de compositores, letristas, artistas visuales,
productores y festivales a nivel mundial, en pro de sostener el metal desde sus
variantes géneros. Sino que con toda esta amalgama de arte se ha reconocido el
trabajo de otros protagonistas: escritores. Metaleros cuya vinculación con la
música no solo se encuentra en periodistas, sino en narradores, ensayistas y
poetas que han logrado fusionar su trabajo con esta cultura.
Es común reconocer biografías
de bandas, crónicas de conciertos, memorias, testimonios, entrevistas…todo un
compendio de libros trabajados en torno a la cultura metalera, pero todos ellos
-o por lo menos una considerable parte- escritos, publicados y promocionados en
contextos alejados de Latinoamérica.
Y es que apoyar esta clase de
publicaciones no es frecuente en nuestro medio. No existen editoriales que
reconozcan un mercado de lectores, que vinculados al metal, consuman trabajos alrededor
de sus bandas predilectas o de los géneros que aprecian. Pero hay escritores. Existe
una comunidad en América Latina que investiga, analiza, escribe y publica obras
que fusionan al metal y la literatura.
Uno de estos trabajos se llama
Metalenguaje, literatura y escena
metalera (Andesgraund/Ajiaco, 2014) publicado en Chile y bajo la
responsabilidad de los editores René Silva Catalán y Pablo Lacroix. Título que
agrupa a diecisiete narradores y tres ilustradores. Un libro para reconocer la obra
de autores como Gonzalo Valdés (Otro día
perfecto), Katiuska Oyarzún (El
caniche), Obed González Moreno (¡Podrás
correr, peor jamás escapar!), Gonzalo Hernández Suárez (Pedernal, el
destructor), Egon Álvarez (Metal chileno
de fin de milenio).
Un libro para evidenciar el
trabajo de autores vinculados al metal, no solo como fans, sino como creadores
de un universo alimentado por la cultura a la que pertenecen. Una obra para
descubrir escenarios, personajes e historias que remiten a la música, al metal
más zanahoria y también al más estridente y perturbador. El metal como fuente, en
la que todos estos escritores han bebido y beben con desenfreno.
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