Christian Kanahuaty (autor boliviano), Cristian López Talavera (editor de Jaguar) y Santiago Vizcaíno (autor ecuatoriano). |
Cada nueva
antología, muestra o selección, resulta siempre esa mirada del editor,
compilador o seleccionador, por reunir la obra de escritores que le han dicho
algo o mucho, y la cual pretende que el lector encuentre ese algo retumbante. A
veces funciona, otras veces es un libro más dentro de ese inabarcable sector de
publicaciones.
Una espuma de
música que flota. Antología de cuento Ecuador Bolivia (Jaguar, 2015. Selección:
Cristian López Talavera) no pretende ser un libro referencial para conocer a
todos los narradores “jóvenes” de ambos países, es, a lo mucho, una mirada
escueta, reservada y muy particular de su compilador. Una mirada que reúne a
ocho autores, cuatro ecuatorianos y cuatro bolivianos. Una mirada que pudo
extenderse.
Solange
Rodríguez Pappe, Walter Jimbo, Sandra Araya, Santiago Vizcaíno (Ecuador).
Cecilia Romero Mérida, Christian Kanahuaty, Lourdes Saavedra Berbetty, Paul
Tellería (Bolivia). Son los narradores seleccionados.
Un conjunto de
historias, y este es el mérito del libro, que arrinconan y desconciertan, que
perturban y también hacen que nos miremos para encontrar un nexo en ellas. Por
eso funcionan bien La casa en ruinas (Jimbo), Los libros de mi padre
(Kanahuaty), La mancha, la huella, la resaca (Araya), Alicia en el país de la
anarquía (Saavedra) y Cabeza de poeta (Vizcaíno).
Acierta Miguel
Molina Díaz, desde el prólogo, cuando afirma que: “Lograr una historia que
sorprenda, ya sea por el horror, el amor, la muerte o el tema que fuere. Esa es
la misión del cuento”. Este grupo de autores cumple esta misión.
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