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| Eric San Andrés |
Eric
San Andrés es un escritor oriundo de Portoviejo (1997) que irrumpe este año con
dos obras. A principios de 2025 su ópera prima Rostro al desafío lo puso
en el mapa de los autores publicados en Manabí dando a conocerse no solo en su
ciudad, también en otras aledañas. Su segunda obra Déjà Vu: Fragmentos que
el corazón no calla denota un trabajo a medio camino entre el relato y el
ensayo, que reafirma su interés por explorar temas autobiográficos.
Contactamos
con él para conocer más de su trabajo como autor y los motivos para abordar los
temas abordados de sus dos libros.
Eric
¿en qué momento te reconociste como escritor?
Comencé
a escribir a los 17 años y con el tiempo entendí que escribir no era solo un
pasatiempo, sino una forma de vida, un refugio. Ahí fue cuando me reconocí como
escritor: cuando descubrí que a través de mis letras podía transformar el dolor
en algo positivo y darle esperanza a quienes también estaban luchando con sus
propias batallas.
¿Qué
escritores y obras han marcado tu vida como lector y autor?
Durante
la creación de Rostro al Desafío, obras como Más fuerte que la
adversidad de Walter Riso y La última oportunidad de Carlos
Cuauhtémoc Sánchez me enseñaron que las dificultades pueden convertirse en
oportunidades de crecimiento, mientras que Hace falta una flor de Emilio
Mazariegos y De mí para mí: La tormenta pasará y De mí para mí:
Puedes con esto y más de Nacarid Portal y Chriss Braund me ayudaron a mirar
hacia adentro y conectar con la sensibilidad que a veces callamos. Todos ellos
me mostraron que escribir es un acto de fe y fortaleza, y me ayudaron a
equilibrar al escritor que busca inspirar con el ser humano que sigue
aprendiendo y reconstruyéndose a través de sus palabras.
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| artescritor, 2025 |
Los
talleres literarios no crean escritores, pero dan herramientas para mejorar los
procesos de escritura ¿cuál es tu experiencia en este terreno?
Creo
firmemente que los talleres literarios no hacen a un escritor, pero sí ayudan a
descubrir nuevas formas de mirar la escritura. En mi caso, mi aprendizaje ha
sido profundamente vivencial: aprendí escribiendo, equivocándome, borrando
párrafos enteros y volviendo a empezar. Con el tiempo comprendí el valor de
recibir orientación y de abrirme a otros puntos de vista. Participar en
espacios literarios, como el Taller de Escritura “Arte Escritor” del gestor
cultural Verdi Loyola, y rodearme de personas que también aman escribir, me
permitió pulir mi estilo y ganar confianza en lo que escribo. Ese taller me
enseñó que no hay una forma “correcta” de narrar, sino una forma sincera, y eso
es lo que busco en cada uno de mis libros: que cada palabra tenga verdad y que
cada texto lleve un pedazo genuino de lo que soy y de lo que quiero transmitir.
Rostro
al desafío es tu ópera prima ¿de dónde surge la necesidad de escribir y
publicar esta obra?
Rostro
al Desafío nació en uno de los momentos más difíciles de mi vida, de la
necesidad de darle sentido al dolor y transformar la adversidad en inspiración.
Convivir con la epilepsia, la depresión y la ansiedad me llevó a escribir desde
la superación, no desde la victimización. Con el tiempo comprendí que mis
palabras podían servir a otros que enfrentaban sus propias luchas. Publicarlo
fue un acto de valentía y liberación, y cuando los lectores se sintieron
identificados, entendí que todo había valido la pena: incluso en medio de las
adversidades, siempre existe una manera de levantarse.
¿Cuál
fue la recepción que tuvo tu primer libro?
La
recepción de Rostro al Desafío fue muy especial y superó mis
expectativas. Al ser una obra tan personal, escrita desde mis propias vivencias
y heridas, sentí temor al publicarla, pero pronto descubrí que mis palabras
conectaron con muchas personas. Recibí mensajes de lectores que se sintieron
identificados, que encontraron en mi historia un mensaje de esperanza y
fortaleza. Ese apoyo fue invaluable, porque entendí que mi libro no solo
contaba mi historia, sino también la de muchos que luchan en silencio. Rostro
al Desafío me abrió puertas, pero, sobre todo, me confirmó que escribir
tiene sentido cuando tus palabras logran tocar el corazón de alguien más.
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| Cuerpodevoces, 2025 |
Déjà vu se titula tu segundo libro, y a
diferencia de tu primera obra, hay una exploración generalizada sobre un tema
universal y no personal ¿por qué?
Déjà
Vu: Fragmentos que el corazón no calla
representa un cambio natural en mi escritura, porque mientras Rostro al Desafío
nació de mis experiencias personales y de la necesidad de compartir mi proceso
de superación, este segundo libro surge de la observación de sentimientos
universales: el amor, el desamor y las emociones que todos vivimos en nuestras
relaciones. Durante la pandemia comencé a bosquejar estos escritos sueltos,
como una forma de procesar momentos difíciles, y con el tiempo se convirtieron
en una obra que refleja la experiencia humana en general. Quise explorar cómo
nos conectamos, cómo sentimos y cómo a veces callamos lo que el corazón grita,
abordando temas que cualquiera puede reconocer y sentir desde su propia historia.
El
amor y el desamor son temas interminables explayados desde perspectivas individuales
¿cuál es el aporte desde tu obra?
Mi
obra Déjà Vu: Fragmentos que el corazón no calla aporta una mirada
cercana y sincera sobre el amor y el desamor en el contexto de las relaciones
de pareja. Cada texto explora las emociones que surgen al amar, al ilusionarse,
al romperse o al reconciliarse, reflejando situaciones que muchos vivimos en lo
cotidiano. El aporte de mi libro es mostrar cómo los sentimientos, a veces
complejos y contradictorios, moldean nuestras relaciones y nos enseñan sobre
nosotros mismos, invitando al lector a conectar con sus propias experiencias
sentimentales de manera profunda y reflexiva.
Hasta
ahora tu obra ha demostrado ser un híbrido entre la memoria, el ensayo y la
narración ¿continuarás escribiendo en esta misma línea o incursionarás en otros
géneros literarios?
Hasta
ahora lo escrito me permite conectar lo personal con lo universal, transmitir
emociones y reflexiones de manera auténtica, y acompañar al lector en un viaje
íntimo. Sin embargo, no cierro la puerta a incursionar en otros géneros
literarios; creo que cada historia y cada emoción piden una forma distinta de
contarse. Mi objetivo seguirá siendo escribir desde la sinceridad y el corazón,
pero estoy abierto a experimentar con nuevas voces, estilos y géneros que
enriquezcan mi escritura y me permitan seguir explorando la complejidad de la
experiencia humana.
Y
finalmente ¿en qué otros proyectos literarios te encuentras en la actualidad?
Actualmente
estoy desarrollando nuevos textos para Déjà Vu: Fragmentos que el corazón no
calla, profundizando en las relaciones de pareja y en los sentimientos que
a veces dejamos sin expresar, con la idea de construir una segunda colección o volumen.
Al mismo tiempo, estoy pensando de a poco en una continuación de mi primer
libro, Rostro al Desafío. Estos planes deseo desarrollar como proyectos
para 2026.



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