Nada
es fácil la reconstrucción biográfica de un artista. La búsqueda de fuentes
bibliográficas para lo anterior se vuelve una tarea compleja, donde el detalle
y la precisión son elementos claves dentro de este proceso. Si embargo, cuando
se advierte que una obra se trata de una biografía novelada, se entiende la licencia
literaria de fondo: ese territorio cargado de ficción, donde habitan
paralelismos con la realidad del pasado, sin pretender ser un calco de lo
vivido.
Porque
se trata de volver creíble lo increíble, una empresa literaria que pocas veces,
dentro de la ficción, tiene éxito. Y no porque la historia que se narre carezca
de elementos similares al pasado, sino que dentro de la ficción novelada no se
logra el objetivo de volverla creíble y con ello muchas empresas literarias han
sucumbido.
No
es el caso de Las palabras del aire vacío. La novela de Kafka (UCuenca
Press, 2024) de Jeovanny Benavides. Porque con esta novela se acentúa el
trabajo de un narrador punzante y de bastante imaginación, también da cuenta
del escritor metódico que trabaja en los detalles de una historia: el paisaje,
los silencios, el ambiente apabullante, entre otros.
Dos
momentos hacen de esta novela una obra sobresaliente: 1, el reflejo de un personaje
obsesionado con la escritura, pero no con el hecho de escribir y publicar, sino
tal vez con el verdadero sentir de pocos escritores: escribir y exigirse la
construcción de historias que pasen la prueba de fuego de su misma perfección.
2, la soledad como sombra que persigue al protagonista, más allá de las
relaciones amorosas y al parecer incorruptibles. La soledad como una compañera
que siempre está, que lo deja por temporadas, pero que regresa, quizás porque
hay una búsqueda de fondo que se clama.
En
esta novela contemplamos al Frank Kafka que las biografías oficiales y las
leyendas en torno a su figura, nos han ofrecido: un hombre entristecido e incomprendido,
que se siente desencajado de su entorno, junto a colegas escritores, que ve con
duda sus obras literarias, que escribe y desecha, que escribe y poco conserva,
que le teme al compromiso, que le aterra la idea de dejar de escribir.
Benavides
con esta novela, con la novela de Kafka, cumple con uno de los principios de
todo escritor: volver creíble lo increíble, haciendo que como lectores sintamos
el ambiente sofocante que es el recorrido de una vida, de ese personaje ensimismado,
amante de la soledad, entregado a una causa sin gloria llamada literatura.
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