domingo, 10 de julio de 2022

Textos sin firmar


 

Uno marca distancia con textos que no desea firmar porque a veces no busca vinculación con la obra a publicarse, porque no es lo mejor que se haya pensado y escrito y que tarde o temprano dará vergüenza reconocerse desde ese pasado compuesto de palabras. Tal vez porque una transacción comercial de fondo ha determinado que la autoría pertenezca a otro. Decisiones que, en todo caso, el autor sabe aceptar o descartar para su beneficio.

Desde hace quince años he escrito sin firma textos para prólogos, contraportadas, resúmenes, introducciones. Varios de esos textos pasaron sin gloria dentro de los lectores, otros (poquísimos) fueron elogiados para beneficio de sus “autores oficiales”. Lo que está bien, porque aquellos textos dejaron de pertenecerme desde que entregué la autoría a alguien más.

Nunca he reclamado porque estos textos se muevan con nombres distintos, al contrario, lo celebro. Con los años aprendí a ser responsable de firmar solo lo necesario: textos que al releerlos me recuerden que aquello analizado y exteriorizado fue una excelente apuesta al cual vincular mi nombre.  

No hay comentarios: