lunes, 28 de julio de 2025

El recuerdo desfigurado



 

Entre 2020 y 2021 me dediqué a escribir lo que sería Demonios Quisquillosos (CCE, 2022), una colección de historias cortas que tenía a la música extrema como enlace. Un conjunto de situaciones donde los personajes intentan sobrevivir a ellos mismos y sus decisiones, casi siempre erradas.

Hace poco un lector me comentaba de su experiencia junto a esta obra y como el cuento titulado Secreto le recordaba en el inicio una historia que de niño también vio en un canal nacional. Pero él, fue más allá, buscó, halló y compartió la fuente noventera, una película de terror que a muchos impactó.

Lo curioso de todo esto es que tras casi treinta años de ver esta historia (hago cuentas de que quizás fue en el 93 o 94) mi recuerdo varió, es decir, al volver a la ficción audiovisual reconozco que algunos detalles cambiaron, que no era un dibujo el que delataba al protagonista y que una garra no acababa con su vida.

¿Qué me pasó? ¿Qué le pasó al recuerdo de la historia? No me lo explico, pero algo permaneció: la esencia de la historia, donde un hombre debe lidiar con un secreto que lo carcome, eso que guarda y que cada día pugna en llegar a una superficie que es su esposa y con ello la muerte.

La obra, no está demás decirlo, le pertenece a Stephen King (en ese tiempo aún no conocía su obra literaria). Una historia de terror escrita en sus mejores y más salvajes años.

Si en algún momento llegan al libro y al cuento mencionado, sabrán a que me refiero. Entenderán como los recuerdos, con los años, empiezan a desfigurarse de a poco, cambiando la forma, aunque manteniendo la esencia, tal vez, lo único importante.